Fuente: aidspan.org
El 25 de abril se celebra globalmente el Día Mundial de la Malaria.
Este año, la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo (RBM, por sus siglas en inglés) se reúne con todos los países, donantes y socios para destacar la necesidad de actuar con urgencia y de invertir más para acabar con la malaria.
Durante las dos últimas décadas, los esfuerzos combinados de los países, la colaboración mundial y el aumento de la inversión han tenido un impacto significativo en la respuesta mundial a la malaria, han evitado 2 mil millones de casos de malaria y han salvado 11,700 millones de vidas.
Sin embargo, en los últimos años, los avances en la lucha contra la malaria se han estancado debido a la escasa cobertura de las herramientas existentes, las nuevas amenazas biológicas (como la resistencia a los fármacos antipalúdicos y a los insecticidas), el cambio climático y la interrupción de los servicios contra la malaria debido al impacto de la COVID-19.
Como resultado de esto, en 2020 hubo 241 millones de casos de malaria y 627 mil muertes por malaria, es decir, alrededor de 14 millones más de casos y 69 mil muertes más en comparación con 2019, según el Informe sobre Malaria 2022 de la OMS (en inglés pero hay un resumen elaborado por la Plataforma LAC).
Además, el déficit de financiamiento mundial para la malaria ha aumentado constantemente durante los últimos tres años. Entre 2021 y 2023, el financiamiento mundial para el control de la malaria se ha quedado corto por 4,800 millones de dólares, es decir, alrededor del 40% del total necesario para poner en marcha los programas nacionales.
Aunque el año pasado muchos países se comprometieron a aportar $15,700 millones de dólares a la Séptima Reposición de Recursos del Fondo Mundial, dicha cantidad fue muy inferior a los $18,000 millones necesarios para acelerar la lucha contra estas enfermedades y alcanzar los objetivos mundiales, lo que ha dejado un déficit sin precedentes para los próximos años. Los países se enfrentan ahora a la enormemente difícil tarea de intensificar las medidas de control de la malaria con un financiamiento aún menor que antes.
El Fondo Mundial proporciona el 63% de todo el financiamiento internacional para programas contra la malaria y, hasta junio de 2022, había invertido más de $16,400 millones de dólares en programas de control contra la malaria. Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en 2020, y gracias al generoso apoyo de los donantes, el Fondo Mundial otorgó más de $4,200 millones de dólares a 108 países de ingresos bajos y medios, y a 21 programas multipaís para combatir la COVID-19 y proteger los programas que salvan vidas y luchan contra la malaria, el VIH y la tuberculosis.
Estas inversiones están teniendo repercusión. En los países donde invierte el Fondo Mundial, las muertes por malaria han descendido un 26% desde la fundación del Fondo Mundial en 2002. Sin estas intervenciones, las muertes por malaria habrían aumentado un 84% en el mismo periodo.
Tabla 1. Tendencias de muertes y casos de malaria con y sin intervenciones
Fuente: https://www.theglobalfund.org/en/malaria/
Entonces, ¿qué podemos hacer para garantizar que la respuesta mundial a la malaria no se quede «como siempre» y que se realicen verdaderos esfuerzos para identificar y se empleen a los verdaderos agentes de cambio para la erradicación de la malaria? Un buen inicio sería poner fin a la plétora de iniciativas que propone la comunidad de donantes. En lugar de añadir otra «nueva» iniciativa a las demás iniciativas verticales, ¿la comunidad de lucha contra la malaria está dispuesta a aunar esfuerzos y ajustarse mejor a las necesidades de los países?
Innovaciones en curso
Parece que la mayoría de los países siguen aplicando las mismas estrategias de siempre, por ejemplo, invertir en mosquiteros tratados con insecticida. Pero las cosas tienen que cambiar si queremos combatir realmente el problema. Sí, hay que comprar mosquiteros en caso de que se estén utilizando, pero hay que considerar otras innovaciones que pueden emplearse de manera paralela.
La buena noticia es que las inversiones en investigación y desarrollo (I+D) han producido una sólida gama de intervenciones contra la malaria en una década. En mayo de 2015, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó la Estrategia Técnica Mundial contra el Paludismo 2016-2030, gracias a la cual los países y los asociados para el desarrollo cuentan ahora con orientaciones técnicas integrales que contribuyen a la eliminación de la malaria. También destaca la urgente necesidad de aumentar la inversión en todas las intervenciones –incluidas las medidas preventivas, las pruebas diagnósticas, el tratamiento y la vigilancia de la enfermedad–, así como en el aprovechamiento de la innovación y la ampliación de la investigación.
Dentro de los programas marco de investigación VIIPM y Horizonte 2020, en la última década se han financiado un total de 86 proyectos de investigación sobre la malaria, con una ayuda de €160 millones de euros. Estos proyectos abordan materias como el diagnóstico, el desarrollo de vacunas, el control de vectores, el tratamiento, así como la investigación básica y operativa, las infraestructuras de investigación y la formación.
Por medio de estas acciones de investigación, la UE busca contribuir a la agenda mundial de investigación y, al mismo tiempo, reforzar la participación de los actores clave relevantes en el proceso de investigación e influir en la elaboración de políticas mediante la formulación de recomendaciones basadas en evidencia.
Aprovechamiento de tecnologías innovadoras contra la malaria
En un intento por combatir las epidemias de malaria, diversas innovaciones tecnológicas desarrolladas en todo el mundo han aportado una contribución significativa a las respuestas a esta enfermedad. Debido a que existía una falta de conocimiento respecto al panorama tecnológico global de las respuestas a la malaria, en febrero de 2023 se llevó a cabo un estudio para desvelar las innovaciones en materia de malaria que, gracias a su repercusión y relevancia contextual, pudieran adaptarse en África. Esta revisión sistematizada (en inglés) identificó innovaciones tecnológicas clave desarrolladas en todo el mundo y dirigidas a las diferentes áreas de la respuesta a la malaria. Entre ellas se incluyen la vigilancia, la microplanificación, la prevención, el diagnóstico y la gestión.
De entre más de un millar de innovaciones y programas contra la malaria, sólo se consideraron 650 innovaciones tecnológicas clave para una evaluación adicional. Éstas estaban conformadas por innovaciones basadas en la web (34%), aplicaciones basadas en dispositivos móviles (28%), herramientas y dispositivos de diagnóstico (25%) y tecnologías basadas en drones (13%).
El documento proporciona información que los países y los principales actores clave en el control de la malaria pueden aprovechar para adoptar algunas de estas tecnologías como parte de la respuesta a la malaria en sus respectivos países. También destaca factores clave, tales como los requisitos infraestructurales para fomentar el desarrollo y la ampliación de las innovaciones. Para estimular el desarrollo de las innovaciones en África, los países deben dar prioridad a la inversión en infraestructuras para las tecnologías de la información y la comunicación, así como en tecnologías de drones. A su vez, éstas deberían ir acompañadas de políticas y marcos de incentivos adecuados. Esto significa, por supuesto, que la responsabilidad de impulsar la respuesta recae también en los gobiernos.
Nesidad de reforzar el liderazgo mundial y los recursos nacionales
En el Día Mundial de la Malaria, nos unimos a la Alianza RBM para hacer un llamado a los países y a los actores clave a nivel global para que inviertan, innoven e implementen un mundo con cero malaria.
Para que el mundo recupere el camino hacia el progreso en la lucha contra la malaria será necesario contar con un mayor liderazgo de los países, respaldado por un fuerte enfoque en las asociaciones y la innovación a la hora de abordar cuestiones clave, como la financiamiento sostenida para combatir la malaria. Las decisiones clave dependerán intrínsecamente de la voluntad política, respaldada por una sólida base financiera, técnica y de sistemas. Para ello, es esencial que exista una fuerte movilización de recursos coordinada por la Alianza RBM.
Existe una necesidad urgente de innovar, aumentar y reforzar el financiamiento mundial contra la malaria, tanto a nivel global como nacional. Los países apoyados por el Fondo Mundial deben hacer más con los recursos disponibles, maximizar la sinergia y la integración con otras inversiones y aumentar la financiamiento nacional. Para alcanzar los objetivos mundiales contra la malaria, es necesario que los recursos disponibles se utilicen de forma eficiente y que los líderes realicen urgentemente inversiones ambiciosas en el control de la malaria para cubrir el déficit de financiamiento y acelerar el progreso. Esto requiere de un financiamiento sanitario sostenible y predecible dirigido a la cobertura sanitaria universal (CSU) y una visión compartida en cuanto a las inversiones en atención primaria que repercutan en las prioridades de salud pública, tales como la malaria.
La innovación debe continuar avanzando a buen ritmo para ofrecer mejores soluciones, y muchas intervenciones de eficacia probada deben adaptarse y dirigirse a quienes más las necesitan. La comunidad mundial debe seguir acelerando la innovación y proporcionando herramientas transformadoras y empleando mejores enfoques para acabar con la malaria.
Los países, los líderes mundiales y las comunidades deben incrementar y poner en marcha urgentemente programas de control de la malaria.
El Fondo Mundial y otros socios deben apoyar y desarrollar las capacidades de los programas nacionales contra la malaria, particularmente en materia de liderazgo y gestión eficaces. Esto ayudará a que los respectivos países definan con seguridad el camino a seguir y se consiga una implementación eficaz de la respuesta contra la malaria.
Mientras los países, las comunidades globales y los socios trabajan incansablemente para mantenerse firmes en la lucha contra la malaria por medio de respuestas inclusivas y multisectoriales a la enfermedad, es hora de redoblar los esfuerzos y ampliar los programas nacionales contra la malaria para brindar herramientas vitales a quienes más las necesitan.
Ahora que la comunidad mundial de lucha contra la malaria se reúne en este Día Mundial de la Malaria, debemos seguir invirtiendo para erradicarla, innovar para desarrollar y adaptar nuevas herramientas y enfoques para quienes más los necesitan y aplicar estrategias nacionales para acelerar los avances contra esta enfermedad milenaria. ¡Es hora de lograr un mundo con cero malaria!