Fuente: aidspan.org
Antecedentes
Desde hace tiempo, la participación de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y las comunidades se ha valorado y promovido dentro del ecosistema integral del Fondo Mundial como una práctica indispensable en la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria. Al menos, existe un acuerdo oficial de que estas enfermedades no pueden abordarse eficazmente sin una participación comunitaria significativa en las distintas fases de implementación de las subvenciones del Fondo Mundial. La realidad, sin embargo, dista mucho de la intención enunciada. Parece que la tan alardeada participación está en crisis. Cada vez parece más una ilusión, una especie de barniz democrático que se inserta en textos y discursos para quedar bien, sin que en la realidad se le dé seguimiento.
En África Occidental y Central no resulta raro encontrarse con actores clave de la lucha contra las tres enfermedades que afirman sentirse profundamente desilusionados por la brecha que desde hace tiempo se ha abierto entre el discurso y la realidad.
Como preludio al foro regional sobre participación comunitaria llevado a cabo del 25 al 27 de enero de 2023 en Cotonú, la Plataforma Regional de África Francófona del Fondo Mundial lanzó un cuestionario en línea. El objetivo era recolectar tanto las lecciones aprendidas sobre la participación de la comunidad y la sociedad civil en el NMF3 así como la evidencia para apoyar las recomendaciones propuestas para mejorar la participación de la sociedad civil en el Séptimo Ciclo de Subvenciones (CS7) del Fondo Mundial. Aunque de vez en cuando se encontraron buenos ejemplos o prácticas de manera aislada, la conclusión general de este estudio fue que la participación comunitaria distó mucho de ser óptima en el NMF3 e incluso, cuando las OSC tenían la oportunidad de participar en diversos procesos o actividades del Fondo Mundial, no siempre las escucharon o tuvieron en cuenta sus opiniones. Las prioridades comunitarias no coincidían con las prioridades de los Planes Estratégicos Nacionales (PEN) ni se veían reflejadas adecuadamente en las subvenciones nacionales. Y lo que es más importante, una gran mayoría de las OSC destacaron que no participaron en las sesiones de finalización de las solicitudes de subvención.
En la misma línea crítica, el Informe de Observaciones del Panel de Revisión Técnica (PRT) 2020-2022 señala las fallas y deficiencias de la participación comunitaria:
“La participación comunitaria significativa en el diseño, la ejecución, la revisión y la evaluación de los programas incluye aprovechar una participación robusta y efectiva en asociaciones multisectoriales, tanto a nivel nacional como subnacional. Esa participación puede mejorar la calidad y la repercusión de las estrategias de los países, la formulación de políticas y la eficiencia de los servicios. El PRT vio muy pocos ejemplos de participación comunitaria significativa en asociaciones multisectoriales y las estructuras de gobernanza que planifican, supervisan y revisan los programas. En aquellos casos en que se observó la participación comunitaria, rara vez fue suficiente para traducirse en la prestación de servicios de calidad. El PRT observó una mayor atención a los programas con la participación activa y el liderazgo de las comunidades, aunque sigue dándose sobre todo con relación al VIH, especialmente en su prevención y la programación del tratamiento antirretroviral. Se hallaron ejemplos limitados de desarrollo de un liderazgo comunitario efectivo en materia de tuberculosis y malaria.”
El Informe técnico: Fortalecimiento de los sistemas comunitarios (Período de asignación 2023-2025) publicado en diciembre de 2022 por el Fondo Mundial reitera estos hallazgos:
“Las poblaciones clave y vulnerables no participan suficientemente en la respuesta al VIH, la tuberculosis y la malaria ni se benefician de ella de manera adecuada. Es necesario mejorar la coordinación y los vínculos entre las organizaciones comunitarias, las dirigidas por la comunidad y los programas formales del sector sanitario, así como las medidas de movilización social.”
En términos más generales, muchos actores comunitarios señalan con frecuencia, de forma anónima o durante diversas reuniones (conferencias, webinarios, intercambios informales, etc.), que la jerga altamente técnica del Fondo Mundial, la omnipresencia del inglés (documentación, reuniones de alto nivel del Fondo Mundial) y la lenta rotación de los representantes comunitarios en los órganos o foros relacionados con el Fondo Mundial han sido un obstáculo para una participación comunitaria efectiva y eficiente.
La «fosilización» de la participación comunitaria
Hablando específicamente de la lenta rotación de los representantes comunitarios, parece que las críticas a este nivel se dirigen no tanto al Fondo Mundial como organización sino a los organismos, dinámicas y procesos locales.
Algunas OSC y actores comunitarios han denunciado de forma anónima lo que podría denominarse como la «fosilización de la participación comunitaria». Los organismos y reuniones relacionados con la lucha contra las enfermedades a veces parecen un club de amigos donde se reúnen las mismas personas desde hace varios años. Según dichos actores, una especie de «red de la vieja guardia» ha secuestrado lo que se insiste en proclamar como «participación comunitaria». Aunque no pueden cuestionarse los conocimientos y la experiencia de estos «veteranos», es poco probable que la lucha contra las tres enfermedades pueda enriquecerse con nuevas perspectivas si sigue bajo el control de estos representantes comunitarios de siempre.
No pueden existir resultados satisfactorios en la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria sin un compromiso o participación constantes de la comunidad. Más aún, no puede darse una respuesta eficaz a las enfermedades sin una participación real y significativa de la comunidad en todas las fases del proceso de subvención: desarrollo, implementación y evaluación, etc. Es importante que la participación de las OSC y las comunidades se oxigene por medio de la renovación constante de sus líderes, actores y abanderados.
Este recordatorio no resulta inoportuno. La participación comunitaria, y más concretamente la participación de las OSC y las comunidades en la labor del Fondo Mundial, no es un gasto innecesario: es una inversión esencial que maximiza la repercusión de las subvenciones del Fondo Mundial. La participación tiene un precio y hay que pagarlo. A continuación ofrecemos algunos argumentos adicionales en apoyo de esta posición.
¿Por qué es tan importante la participación de las OSC y las comunidades?
Sin pretender ninguna originalidad, el siguiente argumento nos permite recordar los fundamentos y la relevancia de la participación comunitaria que el tiempo, el anquilosamiento o los malos hábitos organizativos nos han hecho olvidar.
La participación de las OSC y las comunidades en las respuestas a las tres enfermedades se refiere a una forma de autogobernanza en relación con las enfermedades por parte del organismo afectado. Es la idea de que los actores clave participen en las decisiones que les afectan. Un enfoque que valore más la inclusión de las comunidades refuerza la solidez de las decisiones tomadas. Lleva la lucha contra las enfermedades a un nivel local mucho más inclusivo y participativo. Exige el empoderamiento de las OSC y las comunidades locales durante las distintas fases del proceso de subvención. Alberga la convicción, demostrada a lo largo del tiempo, de que la sostenibilidad y el éxito de la respuesta a las enfermedades dependen inexorablemente de la participación comunitaria. Y el Fondo Mundial no es una excepción. De hecho, la Estrategia del Fondo Mundial para el periodo 2023-2028 señala que
“El liderazgo de las comunidades afectadas y que viven con las tres enfermedades ha sido esencial para el éxito del modelo único del Fondo Mundial desde su fundación. […] Las comunidades suelen estar mejor posicionadas para dirigir y ejecutar programas de salud que respondan a sus diversas necesidades, así como para identificar y contribuir a abordar los obstáculos estructurales que impiden conseguir resultados en la respuesta al VIH, la tuberculosis y la malaria. Contar con una participación sólida de las comunidades ayuda a garantizar que las inversiones se basen en pruebas y derechos, respondan a las necesidades relacionadas con el género y la edad, y sean equitativas y sostenibles”.
La participación de las OSC y las comunidades es también una solución a las deficiencias de los modelos (tradicionales) de toma de decisiones basados en soluciones estandarizadas. Al exigir la inclusión y deliberación como requisito, la idea de participación parece ser aquí el vehículo adecuado para desarrollar programas diferenciados e implementarlos de manera efectiva. Cuando la participación es eficaz, inclusiva y recibe revisiones periódicas o nuevos impulsos de vida, permite que el desarrollo de la prevención y la asistencia sanitaria se adapte a cada contexto y no sea algo impuesto o una mera presuposición . En otras palabras, nos permite alejarnos de los problemas típicos resultantes de soluciones consideradas de forma aislada, aplicadas en masa, y desarrolladas en un contexto equivocado.
Por último, cabe destacar que una participación amplia en el proceso de deliberación y elaboración de programas aumenta la motivación y el grado de movilización de los principales responsables de la implementación de las decisiones, es decir, las comunidades. De este modo, resultará inevitable que las comunidades se perciban a sí mismas como constructoras, corresponsables y coejecutoras de las decisiones adoptadas.
En resumen, exigir como requisito una validez intersubjetiva a los procesos, actividades y programas de control de enfermedades es garantía de legitimidad democrática, de aceptación por parte de la comunidad, de optimización de las inversiones del Fondo Mundial y de muchas otras iniciativas de salud mundial. Debemos insistir en que sólo la participación conjunta en la toma de decisiones crea y refuerza la responsabilidad conjunta en la ejecución de dichas decisiones.
Cómo mejorar la participación comunitaria correcta
Sin embargo, para que sea plenamente efectiva y eficaz, la participación comunitaria requiere previamente de una serie de requisitos o condiciones. A continuación presentamos una lista no exhaustiva de acciones que podrían mejorar la calidad de la participación.
Cabe señalar que las sugerencias se dirigen a los distintos niveles del ecosistema del Fondo Mundial (OSCs, comunidades, gobiernos, Fondo Mundial, ONUSIDA y otros socios técnicos y financieros en la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria). Es responsabilidad de todos desempeñar el papel que les corresponde respecto a:
- Formar a las OSC y a las comunidades en temas y técnicas de participación y debate.
- Formar y capacitar a los miembros de la sociedad civil y a las comunidades sobre las políticas, procesos, mecanismos, enfoques, filosofía, etc. del Fondo Mundial.
- Cohesionar, concentrar, crear sinergias y coordinar las acciones de las OSC y las comunidades para influir en la orientación y las decisiones adoptadas en los distintos órganos de decisión, tales como los Mecanismos de Coordinación de País (MCP).
- Brindar acompañamiento a las OSC y las comunidades en las diferentes etapas del ciclo de financiamiento (diálogos a nivel de país, Plan Estratégico Nacional/nota conceptual/proceso de solicitud, implementación de la subvención, monitoreo comunitario, evaluación, etc.).
- Traducir los textos del Fondo Mundial y aumentar el número de espacios de intercambio y discusión en francés para eliminar la barrera lingüística que supone un reto para muchas personas en África Occidental y Central. Aprovechamos esta oportunidad para expresar nuestro reconocimiento al apoyo multisectorial de L’Initiative y Expertise France para que la información del Fondo Mundial sea accesible en francés.
En términos más generales, la nueva ronda de financiamiento (Séptimo Ciclo de Subvenciones) es una oportunidad para abordar mejor las preocupaciones de las OSC y las comunidades. Un porcentaje del presupuesto que se asigne al país deberá dedicarse a actividades comunitarias. Así, el CS7 puede ayudar a revitalizar la participación de las OSC y las comunidades en la lucha contra las enfermedades.
El PRT ofrece las siguientes orientaciones a los solicitantes que preparen nuevas solicitudes de financiamiento:
- Incluir servicios holísticos e integrados para las comunidades más afectadas y las poblaciones clave y vulnerables, en particular programas con una participación activa y significativa de las comunidades y, sobre todo, con el liderazgo de personas que han vivido con el VIH, la tuberculosis o la malaria.
- Reforzar el liderazgo gubernamental con la colaboración de los actores clave pertinentes en el diseño y la aplicación de políticas y prácticas que sitúen a las personas en el centro de los servicios de calidad.
- Incluir mecanismos de contratación pública y cofinanciamiento para la prestación sostenible de servicios a través de la sociedad civil, las comunidades y las poblaciones clave y vulnerables en todos los contextos, pero sobre todo en los países que están planificando su transición.
- Planear soluciones de sostenibilidad, incluido el financiamiento público para la sociedad civil y la promoción dirigida por la comunidad, el seguimiento y otras funciones fundamentales para la rendición de cuentas gubernamental, el compromiso político y la calidad de los servicios, sobre todo en los países que planeen su transición. (p. 31)
En el Manual para solicitantes para el periodo de asignación 2023-2025 del Fondo Mundial (p. 18) también se refleja esta idea:
Desarrollar la capacidad de las organizaciones comunitarias y dirigidas por la comunidad
La evidencia muestra que los sistemas comunitarios sólidos garantizan respuestas más sólidas a las tres enfermedades y contribuyen a conseguir mejores resultados para las personas infectadas y afectadas por el VIH, la tuberculosis y la malaria. El Fondo Mundial insta a los solicitantes a invertir en el fortalecimiento de los sistemas comunitarios (FSC). Las inversiones en el FSC pueden cubrir la creación, el fortalecimiento y la mejora de la sostenibilidad de organizaciones comunitarias y dirigidas por la comunidad, en particular las dirigidas por poblaciones clave, mujeres, jóvenes y personas afectadas o que viven con las tres enfermedades. Desarrollar su capacidad garantizará un mejor acceso a los servicios.
El Marco Modular del Fondo Mundial es aún más explícito que los dos documentos anteriormente mencionados. Sugiere un conjunto de intervenciones y actividades relacionadas con la participación de las OSC y las comunidades.
Fuente: Manual del marco modular del Fondo Mundial, diciembre 2022, pp. 15-16.
Conclusión
Es esencial reflexionar de manera continua sobre los términos de la gestión de las enfermedades dentro de un enfoque verdaderamente participativo (diversidad, inclusión, etc.) sin nunca presuponer de antemano el contenido de las soluciones. Promover y aprovechar los financiamientos que importan, traducir los compromisos en presupuestos y poner fin a las enfermedades como problemas de salud pública requiere la participación real y amplia de las OSC y las comunidades. Las inversiones del Fondo Mundial se maximizarán al someterlas al juicio y la participación de la sociedad civil y las comunidades. Dejemos atrás la participación basura.